El noviazgo es un camino de preparación para el matrimonio, para ese momento en el que damos el “sí” para siempre, para profundizar y para responder a un llamado y a anhelo que vienen de Dios. No será fácil, y es por eso que requiere de preparación y entrenamiento.
Ningún soldado va antes a la guerra que a un campamento de entrenamiento. Aunque no tenga claro cómo será el campo de batalla, se prepara para las adversidades de manera física, emocional, mental…
Así también debe ser nuestra preparación para el matrimonio. Tal vez no podemos adivinar cómo será el día a día estando casados, pero sí podemos prepararnos para entender y tener claro lo que puede llegar a ser. Emocional, espiritual, mental y físicamente debemos estar preparados. Pero, ¿por dónde empezamos?
Aspecto espiritual
Lo primero es tener claro qué es el matrimonio. Sólo teniendo claro que se trata de un llamado de amor y sacrificio podemos darnos cuenta de si realmente es el camino por el cual queremos dirigirnos.
El matrimonio es un ejercicio constante de Amor: justo cuándo más te cuesta, entonces es que debes amar. No hay vuelta atrás o huidas, es una entrega diaria y para siempre. Prometes ante Dios que amarás a una persona imperfecta, a quien eliges sobre todas las demás personas. Que la respetarás, que darás tu vida por ella… ¿Realmente estás dispuesto?
Para lograrlo se necesita amar de una manera real, y ese tipo de amor no es muy común entre nosotros. Es por eso que necesitamos aprender del Amor mismo, y sólo podemos aprender de Él observando e imitando su manera de amar.
Por eso, haz oración: la oración profunda y contemplativa te ayuda a crecer en amistad con Dios, a hacer un buen discernimiento y, sobre todo, a aprender a amar y a crecer en el amor. Nos da luces para elegir a la persona con la que estamos dispuestos a compartir nuestra vida para siempre.
Recuerda: no es que Dios te pone a una persona y esa deba ser: Él te hace libre, y tú eliges. Cuanto más te conozcas a ti mismo, cuanto más conozcas tus anhelos y mejor te ames, mejor sabrás elegir.
Aspecto emocional
Trabajar nuestras heridas es el mejor camino para prepararnos emocionalmente para el matrimonio, pues el vivir con la otra persona 24/7 no siempre será fácil. Somos imperfectos, y tanto tú como tu pareja pueden lastimarse de manera inconsciente. Es por eso que debemos tener una madurez emocional tal que nos permita ser claros, responsabilizarnos y vulnerarnos cuando es necesario.
Vemos muchos matrimonios que sufren desde el primer mes de estar juntos. Todo porque, ¡cualquier detalle lo toman personal! No saben intimar o comunicarse, les cuesta abrirse a un diálogo profundo… Y eso se corresponde con miedos no trabajados u otras heridas previas. Por ello, tómate el tiempo de trabajar en ti emocionalmente.
Aspecto mental
Ser consciente de lo que es el matrimonio nos ayudará a tener claras nuestras prioridades. Es decir: a enfocarnos más en trabajarnos y en crecer como pareja que en trabajar como locos para tener la boda que siempre hemos soñado.
Cada quien puede celebrar su boda como desea, y creemos que es importante darle valor también a la fiesta, pues es el día más importante de su camino juntos. Pero siempre se debe tener en claro hasta dónde realmente no nos distrae más el festejo que el matrimonio mismo. Tal vez lo hayas escuchado muchas veces, pero es hora de tomártelo en serio: la boda es un día, el matrimonio es para siempre. Así que, ¿cuál será tu prioridad?
Aspecto físico
Sí, también es importante.
Si hemos sentido el llamado al matrimonio, el llamado a la persona que elegiremos para siempre, entonces debemos amarla en todos los aspectos. Y una manera de amarla es cuidarnos físicamente.
¿Por qué? Hay muchas razones:
-Porque debemos cuidar lo que se nos ha sido dado. Nuestro cuerpo.
-Porque debemos procurar vernos lo mejor posible para nuestra persona amada, y así enfocarnos en conquistarla cada día. No debemos dar por sentado que ya la hemos conquistado. El matrimonio es una conquista diaria.
-Porque a tu cónyuge te entregas también en cuerpo.
-Porque nos beneficiará en salud para poder cuidar y proteger tanto a la pareja como a los hijos, más a futuro y durante más tiempo.
No sabemos lo que nos toque enfrentar, pero mientras dependa de nosotros procuremos cuidarnos y conquistar cada día a nuestra pareja.
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Esperemos estos consejos les gusten y les ayuden.
Con cariño,
Los Nandos.
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