¡Qué difícil es aceptar que varones y mujeres somos tan distintos en cuanto a la sexualidad! Por esta razón, ¿qué nos habría gustado que nos explicaran antes de casarnos sobre sexualidad? O tal vez ya casados. Y qué importante es también hablar de nuestras diferencias más allá de los temas habituales sobre afectividad o comunicación. Por eso publicamos nuestro libro Sexo para inconformistas en Amazon.
Se necesita una verdadera educación sexual centrada en cómo siente el varón y la mujer. ¿Qué busca cada uno en la intimidad sexual? Y se necesita sobre todo quitar cualquier carga negativa o sucia sobre el sexo, el cual es algo querido y deseado por el Creador.
Lo propio de la sexualidad humana
En Amoris Laetitia, el papa Francisco dice que: “La sexualidad no es un recurso para gratificar o entretener, ya que es un lenguaje interpersonal donde el otro es tomado en serio, con su sagrado e inviolable valor.” (n. 151) La sexualidad no está para entretener o gratificar buscando conseguir placer; tampoco sólo para procrear. La sexualidad es algo mucho más profundo.
Los animales también se reproducen y se estimulan buscando placer. La diferencia de los encuentros sexuales matrimoniales y los del resto de la creación es el amor. El amor hace sublimes esos encuentros. Sin amor, esos encuentros no son completos ni glorifican a Dios.
No es un “mal permitido”
También en Amoris Laetitia, el papa Francisco señala: “Entonces, de ninguna manera podemos entender la dimensión erótica del amor como un mal permitido o como un peso a tolerar por el bien de la familia, sino como un don de Dios que embellece el encuentro de los esposos.” (n. 152)
Juan Pablo II en sus catequesis sobre la teología del cuerpo habla de la intimidad sexual como una “plena y limpísima afirmación amorosa.”
Una auténtica necesidad sexual
Existe una necesidad sexual en el matrimonio. La búsqueda del placer sexual matrimonial es algo bueno. Pero, para disfrutar juntos de la intimidad, ¡hay que conocer la sexualidad propia y la del otro sexo! Nunca se podrá tener un buen “sexo” si no sabemos aceptar las diferencias sexuales entre mujeres y varones.
Como dice el papa Francisco, hay que potenciar y cuidar la dimensión erótica en el matrimonio. No se debe perder de vista que los encuentros sexuales fueron diseñados por Dios para el matrimonio. Y como dice el Papa, dicha dimensión erótica embellece el encuentro íntimo de los esposos.
En nuestra opinión, un encuentro sexual matrimonial es un encuentro con Dios y una forma de darle gloria.
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