Daniela estaba con el corazón destrozado, no podía creer que Rodrigo, su ahora ex enamorado, terminara la relación por no estar de acuerdo con vivir castamente en pareja. Siendo ella estudiante de Marketing, con alma de influencer en sus redes, pensó: ¿por qué es tan difícil "vender" la castidad? ¿Es posible hablar de ella logrando que se considere vivirla?
Así como las estrategias de mercadeo logran que un producto resuene en nuestras cabezas hasta comprarlo, de la misma manera podemos promocionar una gran virtud en tres pasos:
#1 Define tu inversión
Mientras más capital disponga una campaña de Marketing, más tiempo permanecerá vigente en el mercado. Para hablar de la castidad no necesitas invertir dinero, sino voluntad. ¿Hasta qué punto estás comprometido a compartir la virtud? ¿Estás lo suficientemente enamorado para hablarlo cuantas veces haga falta? Hay personas que vivieron años hasta que su pareja aceptara vivir castamente (lee la historia en un post anterior).
¿Estarías dispuesto a discusiones y reconciliaciones para lograrlo? A Daniela no le importó terminar relaciones pasadas cuando surgía este problema. Pero esta vez, ella sintió un gran vacío y tristeza al no estar con Rodrigo. Dentro de todo, había mucho que rescatar de él. Sabía que, si tuviese una segunda oportunidad, haría un mayor esfuerzo sin perder el objetivo de vivir castamente. Para ella, eso no era negociable.
#2 Arma tu campaña
La peor estrategia es aquella que te repite un mismo comercial una y otra vez hasta saturarte. Las mejores campañas digitales son las que tienen preparadas una serie de anuncios, que se muestran solo cuando el usuario tiene interés. Es decir, cuando hace clic en alguno.
Lo mismo sucede en la vida sexual. La “pedida de la Castidad" (que comenté en mi anterior publicación), es la primera publicidad de un gran mensaje. A partir de allí, cuentas con infinitos recursos para hablar en el momento oportuno. Es de gran ayuda contar con parejas amigas que viven la virtud. Compartir con ellas y viendo que son agradables (y no marcianos), la teoría se convierte en realidad.
No muchos cuentan con estas amistades aún, pero existe mucho contenido en internet y talleres que pueden impulsar interés también. Es importante saber que no estamos solos en este camino. Y cuando se generan dudas -los “clics del usuario”- hay que estar atentos a responderlas.
#3 Ofrece suscripción y de-suscripción
¿Cuántas veces hemos recibido, en nuestro correo electrónico, publicidades que odiamos y que nos envían constantemente? No hay sensación más gratificante que darle al botón de de-suscripción para dejar de recibirlas; libre y voluntariamente expresamos que NO estamos interesados. De la misma manera, vivir la castidad siempre deberá ser una invitación y no una imposición. Por lo que debemos estar preparados si nuestra pareja decide no aceptarla y terminar la relación; es decir, se de-suscribe, como lo hizo Rodrigo. Nosotros de igual manera podemos hacer lo mismo si vemos que no hay compatibilidad. Entendamos cuál es nuestro límite en el tema de enseñar la castidad.
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Días después de la ruptura, Rodrigo se dio cuenta del valor de Daniela hasta que la perdió. No resistió ni un día menos sin ella, deseó reconciliarse y volver a considerar la castidad. Meses después, entendió todos los beneficios de vivirla y así pasó a una etapa de aceptación de este estilo de vida (de esto hablaré en el siguiente artículo). Esto es lo que sucede cuando entendemos el valor de una gran virtud capaz de cambiar vidas y relaciones. Cuando no le bajamos el precio y aprendemos a marketearlo.
Para conocer más historias reales que inspiran, los invito revisar mi curso “El Rebranding de la Castidad”. También pueden seguirme en Instagram: @yoheigab.
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