¡Hola! Mientras nos lees desde el distanciamiento social al que nos obliga momentáneamente la pandemia, queremos compartirte algunos consejos que podrían servirte una vez que reabran los bares y restaurantes, y puedas apreciar nuevamente el rostro de algún desconocido sin la boca cubierta.
Ya hablando un poco más seriamente, quisiéramos compartir contigo algunas ideas que, vistas en retrospectiva, nos ayudaron durante nuestro noviazgo y consolidaron la relación de amor que hemos construido —y seguimos construyendo—. Esperamos que sean de mucha utilidad para ti.
1. Aprende a valorarte
Si hoy pudiera viajar en el tiempo y darle algún consejo a mi “yo” del pasado, a ese “yo” soltero/a, ¿qué le diría? Eso pensábamos a la hora de escribir este artículo: recordar quiénes éramos y cómo éramos antes de que la historia de Eze y Jime comenzara. ¿Qué consejos nos daríamos?
A nuestros “yos” adolescentes, que nunca habían estado de novios/as, les diríamos: “No importa lo que hagan los demás; si ellos están de novios no significa que tú debas estarlo. Aprende a disfrutar de las cosas lindas de esta etapa, ya habrá tiempo para disfrutar de las cosas lindas de un noviazgo”.
A nuestros “yos” después de una ruptura sentimental, les diríamos que tu pareja no es tu mundo, que no importa cuán seria haya sido esa relación, un noviazgo no es un matrimonio. La relación de novios está hecha para conocerse y no siempre el primer flechazo es amor para toda la vida. Y agregaríamos: “Ahora que estás soltero/a no te obsesiones en hacer todo aquello a lo que creíste haber “renunciado” por estar en pareja. Evita esos “desenfrenos” que se dan en algunos recién regresados a la soltería.”
A nuestros “yos” frustrados luego de algún fracaso amoroso, les aconsejaríamos: “Olvídate de esa búsqueda incesante, mírate al espejo y respóndete: ¿Te gusta lo que ves? ¿Crees que el día que aparezca la persona correcta te va a querer así como eres? ¿Has aprendido a amarte como eres?” Sé tu mejor versión, y el día que esa persona aparezca quizás no pase de largo, porque verá en ti a alguien a quien quiere conocer, a alguien con quien quiere compartir.
Lo sabemos. Aún no podemos viajar en el tiempo. No podremos aconsejar o felicitar a nuestros “yos” del pasado. Pero sí podemos aconsejarte a ti. Si estás solo/a es importante que te concentres en reconocer el valor de tu persona, tus puntos fuertes —también tus flaquezas—. Y también es importante estar bien contigo mismo para que, desde una correcta apreciación de tu persona, puedas comprender cabalmente el valor intrínseco que posees. Eso también te ayudará a valorar y respetar a aquella persona con la que vayas a unirte.
2. Ni lobo solitario ni hiena asesina: una búsqueda serena
A la persona que está soltera y deseosa de comenzar una relación le puede resultar inquietante la actitud que debería tener hacia aquellos que están “disponibles”. ¿Hay que salir desbocadamente a cazar la primera presa que uno se encuentre en el camino? ¿O más bien hay que deambular en soledad hasta hallar milagrosamente a la persona adecuada?
¿El amor se busca o se encuentra? Un difícil dilema para resolver en unos pocos renglones. Pero al menos déjanos decirte que no te aconsejamos ir por la vida al acecho de otros solteros y solteras, ni tampoco recluirte en tu habitación a llorar porque no has encontrado a tu media naranja. Más bien, nuestra propuesta es que te mantengas en una búsqueda serena. Es importante estar bien contigo mismo antes de lanzarte a comenzar una relación afectiva. Así será más fácil abrirte y descubrir a otras personas en la misma condición.
No recomendamos que te vuelvas loco o loca por salir con la primera persona que veas. Eso podría hacer que no te valoren adecuadamente, o bien dar señales confusas acerca de qué estás buscando con una cita.
Tampoco desesperes si no eres de los que toman la iniciativa. Para este caso puede valerte nuestra experiencia. Cuando nos conocimos, ninguno de los dos estaba deseoso de comenzar una relación de pareja. Por el contrario, Jimena había optado por estar sola un tiempo, y Ezequiel no estaba dispuesto a vincularse en una relación a distancia —como la que le tocó los primeros dos años y medio de noviazgo—. Pero desde el primer momento en que nos vimos sentimos una atracción y un entendimiento que hizo caer todas las barreras.
3. Ten en claro qué buscas con la otra persona
Parecerá obvio lo que vamos a decirte, pero, ¿qué sentido tiene para ti el noviazgo? Esto deberías tenerlo muy en claro en tu interior y compartirlo a futuro con la persona con la que vayas a estar. Del esmero que pongas en edificar tu relación con esa persona dependerá nada más y nada menos que tu felicidad.
Recuerda que el noviazgo es una etapa de conocimiento, de “testeo”, incluso podríamos decir “de prueba y error”. Si todo sale bien, estarás poniendo los cimientos de tu nuevo hogar. Y lo que está en juego es nada más y nada menos que la felicidad de ambos —y la de los hijos que algún día tengan.
Por todo esto, esmérate en conocer bien a la otra persona antes de avanzar en el compromiso. No dejes que la atracción física —que es necesaria— domine todo el terreno. Ten por seguro que te has enamorado de otras facetas de su persona. Por eso te recomendamos que intentes pensarte junto a esa persona en los años por venir.
Para ello, te será de ayuda preguntarte: ¿Compartimos los mismos valores fundamentales? ¿Tenemos la misma idea del noviazgo? ¿Estamos dispuestos, llegado el momento, a amar al otro y buscar su bien anteponiéndolo a nuestro propio interés? ¿Las motivaciones más profundas de cada uno son compatibles? ¿Nuestros objetivos en la vida pueden estar en sintonía? Estas son algunas de las preguntas que, en algún momento, ambos deberán hacerse, y no vendría mal que tú ya tengas algunas respuestas.
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