En los últimos 3 años hemos asistido a más de 15 matrimonios. Cada vez que alguno de nuestros amigos se casa nos alegramos muchísimo. Nos encanta ir a matrimonios, y no solo lo decimos porque en la fiesta hay comida, bebidas y buena música —aunque es parte de las razones, obviamente—; la verdad es que nos ilusiona un montón ver a dos personas unir sus vidas para siempre.
Sin embargo, debemos admitir que a veces nos preocupa que alguna de estas parejas pueda caer en las estadísticas negativas del matrimonio. Nos referimos al divorcio. Y es que los números nos juegan en contra: en muchos países, 7 de cada 10 matrimonios terminan en divorcio.
Lo cierto es que el éxito del matrimonio empieza mucho antes de la boda: es en el noviazgo donde se terminan de construir los cimientos para un nuevo hogar. Lastimosamente, en nuestra experiencia acompañando parejas vemos que muchas no se conocen o, mejor dicho, no lo suficiente. Inclusive en algunos casos lo notamos en personas que ya están casadas.
¿Cómo conocerse y conocer mejor a la otra persona? Acá les vamos a proponer algunas preguntas. Si bien estas no agotan el conocimiento del otro ni reemplazan un proceso de autoconocimiento, sí ayudan mucho. Las recomendamos como el inicio de un hábito de búsqueda de permanente conocimiento del otro.
1. ¿Qué te motiva a levantarte en las mañanas?
Obviamente “el desayuno” no es la respuesta esperada. Lo que se busca con esta pregunta es conocer las motivaciones más profundas de la persona, pero también qué cosas cotidianas son las que le causan alegría. Por ejemplo, si responde: “el trabajo”, podemos profundizar en qué parte de su trabajo. Una respuesta profunda sería: “me gusta servir a mis clientes y ayudarles a resolver sus problemas”. Son respuestas muy distintas: una nos habla más de lo que hace y la otra de lo que la realiza como persona.
2. ¿Qué te quita el sueño en las noches?
Y no nos referimos al insomnio. La intención es conocer las preocupaciones del otro; nuevamente hablamos de preocupaciones profundas. Las preocupaciones nos hablan de realidades exteriores que resuenan en el interior de la persona. Cada persona es única e irrepetible y tiene su historia personal: heridas y dificultades, alegrías y anhelos.
A nosotros, por ejemplo, nos preocupa mucho que las parejas no se preparen lo suficiente para casarse y también que cada vez sean menos las personas que logran ver la belleza del matrimonio. Por eso empezamos nuestro proyecto: Complemento Perfecto.
3. ¿Cuál es tu propósito de vida?
Y no, no tenemos una broma en esta ocasión —jeje—. Sin embargo, esta pregunta es importantísima. En primer lugar, porque es importante saber cuál es el propósito del otro. Y en segundo lugar, porque te ayuda a ver de qué manera su propósito se enlaza con el tuyo. Esto no necesariamente significa que ambos deben tener los mismos propósitos, sino que deben estar en la capacidad de complementarse y apoyarse mutuamente.
4. ¿Cuál es tu visión del matrimonio?
Muchas personas creen que es extraño hablar de matrimonio si no se han comprometido aun. Nosotros creemos que es al revés: lo extraño es no conversarlo. ¿Por qué? Porque el noviazgo no puede verse como un fin en sí mismo, sino más bien como parte de una relación que tiene varias etapas. La importancia de hablarlo radica en que, a medida que va madurando la relación, hay que discernir si la pareja es la persona con la cual uno está dispuesto a casarse. De ahí que es importante también hablar de temas que tienen que ver con las creencias, las costumbres, la cantidad de hijos, etc. Son de vital importancia para evitar problemas futuros. Al respecto sugerimos ver el siguiente post: 5 temas antes de casarnos.
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El conocimiento mutuo es una dinámica que no termina en el noviazgo al casarse; más bien se refuerza y madura. Sin embargo, es importante conocer profundamente a la pareja antes de dar pasos como el compromiso, y más aún el matrimonio. Ojo, decimos profundamente porque no es posible conocer a la otra persona totalmente. Hagamos, pues, del conocimiento mutuo nuestra nueva norma durante el noviazgo.
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