¡Hoy es el gran día! El día en que nos aventuramos a un "para siempre" juntos, un camino de aventuras y nos gustaría platicarles un poco de lo que hay en nuestro corazón.
Sabemos que el matrimonio no es tarea fácil, nos da miedo, nos tiene con los nervios de punta, pero existe una certeza en nuestro corazón: el matrimonio no es otra cosa más que un llamado a ser feliz. Un día escuchamos algo que nos impactó y con lo que concordamos: "la vocacion no es el matrimonio, sino la persona con la que nos casamos". Qué cierto en verdad. ¿Cuántas veces estamos aferrados(as) a casarnos sin ni siquiera conocer a la persona con la que lo haremos? Muchos anhelos, ideales e ideas nos encierran en la búsqueda de una sola cosa : el matrimonio. Pero en realidad, el llamado no es al matrimonio "en abstracto", sino a estar con la persona a la que prometemos amar por el resto de nuestra vida. Amar no es sólo tener un sentimiento de aprecio por la otra persona: es buscar perfeccionarnos, esforzarnos, aprender de lo que el otro necesita y le hace feliz. Es un deporte y extremo que se practica las 24 horas y que necesita de mucho tiempo para hacernos expertos.
La vocación es hacia aquella persona a la que decidirás regalarle lo más valioso de ti: tu corazón, tus anhelos, tus sueños, tu vida, tu día a día, tus miedos, tus flaquezas, tus risas y tristezas. Nosotros nos sentimos muy agradecidos porque nos han hecho descubrir esta grandeza. Hoy, frente a Dios, prometeremos nuestra vida a esa persona que es nuestra vocación. El matrimonio es tener la certeza de una misión muy especial: Resguardar y sumar a la felicidad del otro.
Les mandamos un gran abrazo, los Nandos
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