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5 pasos para dejar la pornografía



Mi nombre es Matías, y ayudo a las personas a dejar la pornografía. Te quiero contar mi método de 5 pasos que me ayudó a ir dejando poco a poco este vicio que me fue atrapando desde que era un adolescente. Con este método ayudo a hombres y mujeres, casados y solteros, jóvenes y no tan jóvenes, a tener la vida que siempre quisieron. Vale la pena aclarar que estos pasos se tienen que ir dando de manera simultánea, de manera habitual y, como todo proceso, puede demorar tiempo. Acá la paciencia, la honestidad consigo mismo, y la humildad, son piezas claves. Recuerda que en todo proceso de sanación habrá recaídas.


Antes de empezar con los 5 pasos, una aclaración para aquellos a quienes les toca acompañar de cerca a una persona con esta dificultad. Ya sean una esposa o esposo, una novia o novio, un sacerdote o una monja, les digo: sean pacientes y dóciles. No sean fiscalizadores, sino amigos de confianza y un oído siempre misericordioso. La persona que carga con esta dificultad tiene ya sus propios reproches como para cargar con más.


1. ¡BASTA!


Nadie puede exigirte que dejes de ver pornografía excepto tú. Llega un momento en el que decides declarar BASTA. Ese BASTA lo tendrás que renovar día a día para que no se te olvide. Y a esto es importante agregarle una declaración afirmativa que te motive en los momentos en los que quieras recaer. A mi me sirve la frase: “estoy comprometido con mi proceso de sanación”. Estas dos frases las tengo escritas en un cuaderno, y las repaso todos los días en las mañanas, en las tardes y por las noches.


A muchas personas les sirve pensar en alguien para motivarse y no mirar. Puede ser un amigo, la esposa o el esposo, los hijos, incluso Dios. Pero en el corto o mediano plazo, lo tienes que hacer por ti y para ti. Es la mejor forma para que sea algo consistente en el tiempo.


2. Pide ayuda


Una persona humilde y realista reconoce su propia fragilidad y pide ayuda. La ayuda tiene que ser integral: no puede ser solo a nivel físico, tampoco solo a nivel psíquico o mental, ni solo a nivel espiritual. En mi experiencia acompañando a hombres y mujeres —y en mi experiencia luchando contra este vicio—, he notado que cuando la ayuda no es integral, es difícil mantener la recuperación. Te pongo algunos ejemplos para hacerme entender mejor.


A un suscriptor con el cual veníamos trabajando semana tras semana, le sugerí que vaya al nutricionista. Estaba con 30 kilos de sobrepeso. Y una de las razones por las cuales caía en la pornografía era porque se alimentaba muy mal, y eso no le permitía tener la fuerza y el ánimo para superar los momentos de tentación.


A otro suscriptor le sugerí que empiece a tener una vida espiritual más viva y fecunda, porque estaba demasiado preocupado por tener muchos tips y medios para vencer, pero no tenía paz interior. La paz y la calma del corazón son elementos clave en la recuperación.


Una suscriptora me decía que iba a aumentar la cantidad de rosarios y misas, que iba a empezar a rezar más tiempo frente al Santísimo. Pero, para esta joven, la dificultad era que guardaba un resentimiento muy grande a sus compañeras de colegio. Le sugerí que la solución no era rezar más, sino empezar a trabajar en ese resentimiento que la estaba hiriendo mucho y la hacía buscar pornografía para olvidar ese dolor del pasado.


Como te darás cuenta, es importante tener la humildad para buscar ayuda en estos tres niveles. Y también la claridad para pedir ayuda a las personas correctas.


3. Busca un amigo y una comunidad de amigos


Para los que hemos estado o estamos metidos en pornografía, nos resulta muy enriquecedor contar con un amigo de confianza al cual le podemos contar si estamos tristes o contentos, tentados o motivados, o incluso a punto de caer y mandar todo a la…


Junto con esto, es importante tener una comunidad de amigos que compartan la misma lucha y aventura. Esto último no es sencillo de conseguir debido a que este es un tema delicado que no es fácil de “promocionar”. Hay comunidades de “Sexólicos Anónimos” por ciudades, a los cuales tal vez puedas recurrir. Y si no, te puedes sumar a la comunidad “No estás solo/sola” que lidero, donde nos reunimos virtualmente todas las semanas. La reunión dura entre 30 y 40 minutos, y compartimos brevemente nuestras experiencias durante la semana y cómo vamos avanzando. Es un espacio muy íntimo y, sobre todo, confidencial.


4. Mejora tu look personal y tu vida social


¿Qué tiene que ver el look personal y la vida social con la pornografía? Mucho. Este paso suele ser uno de los más desafiantes e incómodos, pero da muchos frutos si lo lo pones en práctica. Vamos con unos retos sencillos.


A partir de este momento, quiero que empieces a renovar tu manera de verte, de vestirte y de peinarte; de tener ordenada tu habitación y tu closet. Porque todo está relacionado. Vas a eliminar o regalar la ropa que no vayas a utilizar. Te vas a comprar ropa más moderna. Al menos, si eres hombre, unas 2 camisas nuevas, un pantalón, zapatillas y ropa interior. Todo habla de ti. Y esto te va ayudar a sacar lo mejor de ti: un “yo renovado”. Vas a ir a la peluquería y vas a hacerte un peinado diferente. Vas a afeitarte y a cuidar esa apariencia externa. Si eres mujer, sabes mejor que yo qué hacer.


Junto con esto, vas a retomar algunas salidas con amigos, e incluso reuniones familiares. Vas a renovar tu actitud y tu manera de pararte, de hablar y de mirar. Te estás renovando. Te estás recuperando. Ya no eres ese fulanito o fulanita consumido/a por la pornografía, que andaba casi a rastras para ir al colegio, a la universidad o al trabajo. Está brotando una mejor persona, y eso se tiene que ver. Seguro empezarás a atraer más miradas y a tener más interacciones. Eso es bueno, positivo. Estate preparado/a.


Tal vez al principio te parezca un poco artificial. Pero en la medida que lo hagas, se te va a ir haciendo más natural. Como dice la canción, “se hace camino al andar”. Tú solo empieza. Ya verás cómo ir perfeccionando tu look y tus relaciones sociales. Junto con la vida social activa, puedes comenzar a hacer alguna obra social o de voluntariado. Porque la mejor manera de vencer el mal es a fuerza de bien.


5. Vive en “modo gladiador”


El “modo gladiador” es aquella manera de vivir con características de lucha, atrevimiento, audacia y valentía. Al mismo tiempo, el gladiador es humilde y realista ante su fragilidad, y tiene respeto por los demás.


El gladiador ya no quiere volver a vivir como antes. Ya no le interesan las migajas de la pornografía. Ahora cuenta con más herramientas y armaduras. Sabe que sigue siendo frágil, pero ahora se conoce más. Una actitud clave del gladiador es que se atreve a vencer sus propios miedos o límites. Te pondré algunos ejemplos de personas con las que he trabajado que tenían miedo a ciertas cosas y que, al superarlas, también se fueron alejando de la pornografía. ¿Qué cosas? Aprender a conducir, aprender a cocinar, ir a clases de salsa, aprender a tocar guitarra y tocar en público, invitar a almorzar a una amiga del trabajo, lanzarse a dar una conferencia, empezar con el paso —4, look y vida social activa—, mudarse de la casa de sus padres y vivir sola, etc.


¿Te das cuenta? Si bien son cosas que tal vez parezcan mínimas o sencillas, el hecho de hacerlas y quebrar ciertas barreras ayuda a dejar de refugiarse en el “lugar seguro y cómodo de la pornografía”. Al final, te terminas dando cuenta de que “sí podía”.

Bueno, hasta aquí el artículo de hoy. Ojalá te haya servido para empezar este proceso de recuperación y desarrollo personal. Recuerda algo importante: cada uno tiene su tiempo en este proceso. No te compares con otro. ¡Eres único/a! No quieras apresurarte: hazlo a “velocidad crucero”: lento pero firme. Y si quieres saber más de mi y mi trabajo, visita mi canal en YouTube o mis cuentas de Instagram y Facebook.

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