Me gustaría tener la respuesta 100% verdadera a esta pregunta, pero lo cierto es que nuestra facultad para amar se está atrofiando por muchos factores. Los principales son que estamos intentando aprender sobre el amor en Netflix, en redes sociales, en historias idealistas que son “perfectas”, en la vida de celebridades, en lo que la sociedad nos dice… Estamos queriendo amar como el mundo nos está enseñando. Y al final, eso no es amor.
Desde una perspectiva principalmente antropológica, me atrevo a decir que en la llamada “Era Digital”, en la cual estamos conectados 24/7 a nuestro teléfono, nuestros contactos, amigos, trabajo… Nos encontramos desconectados de lo verdaderamente importante, y eso constituye uno de los principales obstáculos para amar. ¿Por qué?
Reconocer la realidad
Últimamente, estamos ajustándonos a la percepción de la realidad de unos cuantos, y no a la realidad objetiva. Por ejemplo, si yo hoy me siento perro, aunque sea persona, el mundo me está invitando a ser perro aunque no sea precisamente la realidad o algo objetivo. ¿Crees que, si no podemos reconocer la realidad, podremos discernir la verdad de la mentira?
Buscar la verdad
La respuesta a la última pregunta es NO: claro que, si no vemos la realidad, nuestra búsqueda y discernimiento de la verdad van a ser sumamente subjetivos. Reconocer la realidad nos ayuda a ver la verdad, independientemente de las circunstancias o percepciones personales.
La persona y su dignidad
¿Qué pasa si no reconocemos la realidad, y mucho menos podemos ver la verdad? ¿Crees que podemos entender y valorar lo que significa ser persona? ¿Reconocer su dignidad? La verdad es pieza clave, porque nos revela el significado que tiene ser persona y, por lo tanto, su dignidad. Si no entendemos eso primero, difícilmente vamos a poder entender que nuestra sexualidad es un llamado trascendente; si no entendemos lo trascendente de nuestra sexualidad, es casi seguro que no vamos a poder entender ni vivir el amor verdaderamente.
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¿Te hace sentido esto respecto de los tiempos que vivimos? No es coincidencia.
Estamos desconectados de la realidad y, por lo tanto, de la verdad, Por eso no entendemos el valor de las personas, ni mucho menos podemos ver la trascendencia de nuestra sexualidad o lo que implica nuestro encuentro con el otro. Y eso se traduce en no cuidar nuestro cuerpo, en no cuidar nuestro corazón, en no cuidar nuestra relación con el otro y en no cuidar a los demás.
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