En artículos anteriores hemos hablando sobre cómo uno de los objetivos del noviazgo es el discernimiento: valorar si existe entre ambos la compatibilidad necesaria para formar un matrimonio feliz. Sabemos que no siempre resulta fácil identificar lo que es importante. Por eso queremos compartir con ustedes unos tips para poder realizar un mejor discernimiento, a través del análisis de compatibilidad de tres aspectos.
1. ¿Son compatibles nuestras personalidades?
Según el diccionario, la personalidad se define como “conjunto de rasgos y cualidades que configuran la manera de ser de una persona y la diferencian de las demás”. Si bien hablar sobre diversos temas y planear hacia adelante es importante, también lo es reconocer que frente a ti no tienes a una lista de criterios. Tienes a una persona, única e irrepetible, con quien compartir cada momento, con sus distintos sabores.
No todo se trata de análisis, sino de cómo se sienten juntos: ¡el noviazgo es maravilloso, y hay mucho para disfrutar! Resulta fundamental que, al estar juntos, ambos se sientan libres de ser sí mismos. Y que juntos se complementen, que haya esa “química” tan difícil de explicar.
No existe una regla para esto: algunos se acomodan bien con personalidades similares; otros, con personalidades casi opuestas. No queremos que consideres solamente las cosas bonitas o positivas, como cuando algunas personas dicen “me entiende perfecto: cuando estoy triste me compra chocolates y me pone mi película favorita”. Eso, aunque muestra que te conoce a cierto nivel, no refleja enteramente la personalidad y su compatibilidad. Te sugerimos hacerte las siguientes preguntas:
● ¿Qué tan “yo” me siento cuando estoy con la otra persona?
● ¿Qué tan libre me permito ser con ella? ¿Qué tan libre le permito ser?
● ¿Es a quien quisiera contarle tanto buenas como malas noticias?
● ¿Cómo resolvemos nuestros conflictos?
● ¿Cuáles son sus pasatiempos?
● ¿Cómo es su relación con amistades cercanas?
● ¿Cómo es su trato con el resto del mundo?
● ¿Disfrutamos el tiempo que pasamos juntos?
● ¿Nuestras diferencias nos enriquecen?
Estas y otras preguntas similares abren la puerta a ese análisis. Te invitamos a hacértelas, para que te ayuden a profundizar en este primer aspecto.
2. ¿Son compatibles nuestros valores?
Nuestra escala de valores nos acompaña en todo momento y circunstancia. Se convierte en una especie de brújula para caminar y vivir nuestra vida. Es parte de quiénes somos, de cómo actuamos y, por supuesto, del ejemplo que damos a los demás —por lo tanto, también de cómo educaremos a nuestros hijos—. Por ello, se torna crucial tomar en cuenta la compatibilidad que tú y tu pareja tienen en este sentido.
Existe una infinidad de valores: bondad, respeto, honestidad, empatía, paciencia, gratitud, responsabilidad, humildad y solidaridad, entre tantos otros. Es de suma importancia reconocer estos valores en tu pareja, no solamente para saber si se trata efectivamente de una persona con la cual quieres llevar una relación, sino también para recordárselos y apreciarlos.
Una vez reconocidos estos valores —ya sea porque se dieron la oportunidad de hablarlo con tu pareja, ya sea de acuerdo a lo que reflejan sus acciones—, te invitamos a hacer una lista de ellos, y ver qué tanto concuerda tu escala con la suya. Cuando hay compatibilidad también en los valores, la confianza, motivación y seguridad suelen ser más intensas.
3. ¿Son compatibles nuestros proyectos de vida?
Desde niños soñamos con qué seremos en el futuro. Conforme pasa el tiempo, esos sueños se van definiendo y convirtiendo en proyectos. Puede ser que dos personas resulten sumamente compatibles en personalidad y valores, pero si tienen proyectos de vida opuestos, realmente sería muy complicado tener un matrimonio pleno.
¿Qué implica el proyecto de vida? Bueno, es importante abrir diálogo con el otro y preguntarle sobre cómo visualiza su futuro: el tipo de trabajo que espera realizar, la cantidad de hijos que le gustaría tener y su visión sobre su educación, el tipo de lugar (ciudad pequeña, grande…) y casa en la que quisiera vivir, cómo manejaría el tema económico, si tiene o no planes de estudios más adelante…, entre muchos temas más.
Si una persona sueña con irse a estudiar un doctorado a Europa y viajar cada mes para conocer diferentes países, pero su pareja sueña con quedarse en un solo lugar, para poder hacer sus proyectos de estudios y trabajo de manera local, podemos comprender que están buscando caminos diferentes… aunque no necesariamente separados.
¿Qué sucede, entonces, cuando el proyecto de vida de uno se contrapone con el del otro? Hemos escuchado de casos en los que el hombre o la mujer no quieren que su pareja trabaje, para que se dedique a la familia, mientras que el otro sueña con una carrera laboral importante. Cuando esto sucede, simplemente es necesario hablarlo y ver si hay algún modo de encontrar un punto medio o de compatibilizar los proyectos de vida. Si lo hay, corresponderá juntos hacer el esfuerzo necesario. Si, por el contrario, definitivamente este aspecto resulta incompatible, esto abre la puerta para reconocer que posiblemente no sean “buenos” el uno para el otro en el ámbito de formar una familia juntos.
Es importante saber de dónde viene una persona para saber hacia dónde va. Pero también lo es saber hacia dónde quiere ir, para encontrar el camino. Si no tienes claro cuál es tu proyecto de vida, no te preocupes: nadie tiene definido el mapa al 100 %... Pero sí tienes ideas, sueños, pasatiempos, gustos, inclusive alguna que otra ruta trazada. Toma eso en cuenta, y te ayudará a identificar qué necesitas para cumplir aquello que te gustaría vivir en el futuro: por ejemplo, si quisieras tener una casa grande con muchos hijos, deberás reconocer que es indispensable cierto ingreso económico.
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Contemplar estos tres aspectos puede ayudarles sobremanera en el discernimiento de su noviazgo, de cara al matrimonio. Recuerda que es algo que irán descubriendo juntos y que en el camino se conocerán mejor, no solo entre ustedes, sino también de modo personal. Permitirse hablar sobre estos temas les facilitará un noviazgo que los lleve a crecer y soñar, mientras viven un amor auténtico, que no caiga simplemente en el idealismo.
El matrimonio consiste en entregarte por completo a otra persona, que hace lo mismo contigo; se trata de compartir tu vida con aquel ser humano que puede abrazarte con su mirada y construir un hogar a tu lado, de hacerse uno para vivir el amor y la intimidad que apuntan al Cielo. ¡Es maravilloso, y vale la pena construir bases sólidas desde el noviazgo! Pregúntense: ¿somos buenos el uno para el otro? Les recomendamos no dejar a Dios fuera de esa decisión, pues es Él quien conoce sus corazones y lo que es mejor para ustedes.
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