En estos últimos meses he tenido varias pláticas sobre una temática similar, que podría resumir en esta frase: “quisiera estar en otra etapa de la vida”. He platicado con amigas casadas que extrañan la vida de soltera, con amigas que son mamás que extrañan tener más tiempo para ellas mismas, con amigas que llevan un tiempo con sus novios y ya quieren comprometerse y casarse, y con otras que quisieran tener novio y ya están aburridas de ser solteras —yo me encuentro entre estas últimas—.
Cada vez que termino estas pláticas me pongo a pensar que no son las circunstancias las que nos privan gozar de la vida que nos toca vivir en este momento: somos nosotros mismos los que nos privamos de gozarla.
Nunca es fácil
Llevo cuatro años soltera, y sé que no es fácil. Sé que muchos están igual que yo, y sé que muchos también desean tener una pareja. La soltería no es fácil, no. Pero tampoco lo son un noviazgo, un compromiso, ni un matrimonio.
Dos lecciones he sacado de estas pláticas, y quiero compartirlas contigo: 1) vive la etapa que te está tocando vivir, sin anhelar estar en otra; y 2) todas las etapas tienen sus dificultades, así como sus cosas lindas.
#1 Vive tu etapa hoy
La primera lección me ha invitado a ver mi soltería como un regalo, como una oportunidad que Dios me está dando, y que no volveré a tener. No volveré a tener treinta años soltera, no volveré a estar soltera en mi plena juventud. Si comenzamos a ver la etapa que estamos viviendo como un regalo, será más fácil disfrutarla.
Recordemos que este regalo nos ayuda a crecer también, así que otra forma de disfrutarlo más es ver cada obstáculo y cada día difícil que tengamos como una oportunidad de crecimiento, como un paso más para convertirnos en nuestra mejor versión. Disfruta esta etapa: haz cosas que siempre has querido hacer, y que ahora puedes hacer, porque tienes el tiempo y la energía. Invierte este tiempo en ti mismo: en ser una mejor persona para la persona con la que vas a compartir el resto de tu vida.
#2 Atraviesa las dificultades
La segunda lección es algo en lo que quiero hacer mucho énfasis: tus problemas no se van a resolver porque tengas una pareja. Si ahora estás triste y no logras disfrutar de la vida porque estás soltero, no esperes que una pareja venga a resolver todos esos problemas.
¿Por qué? Porque nadie es responsable de tu felicidad más que tú mismo: no es justo cargar con esa responsabilidad a una futura pareja.
Entonces, enfócate en aprender a disfrutar la vida con lo que te regala cada día, y de esa manera, cuando encuentres pareja, vas a poder disfrutar la vida con todo, y también las dificultades que vengan con esa relación.
Los problemas y las dificultades son parte de la vida, siempre. Entonces, qué mejor que aprovechar este tiempo de soltería para aprender a enfrentar y resolver estos problemas. Así tendrás más habilidades en tus siguientes etapas.
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Entiendo perfectamente que hay días en que la soltería es cansadora y, hasta cierto punto, frustrante. Por ello, mi consejo ante estas emociones es que las sientas cuando las tengas que sentir, pero que no te estanques en ellas.
Por el contrario, aprovéchalas para seguir creciendo. Hay días buenos y días malos: después de esos días malos, sonríele a tu soltería, y abrázala. Es un regalo que, si Dios quiere, no volverás a tener.
Para temas como estos, puedes buscarme en Instagram: @unapropuestadeamor
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