Cualquier mujer en edad reproductiva puede aprender el modelo Creighton: esto es algo que se precisa hacer notar. No es necesario estar en ciclos regulares para comenzar a registrar. Se puede estar en lactancia o premenopausia, así como también con ciclos irregulares o después de dejar la pastilla anticonceptiva.
Dicho esto, ¿se puede hablar de un momento ideal? Sí: cuanto antes, mejor. Con “cuanto antes” me refiero a los primeros ciclos que la mujer tiene en su adolescencia. ¿En qué me ayuda, entonces, aprender a registrar mi ciclo?
Prepara para los cambios del cuerpo
Si pretendemos que los primeros ciclos de la mujer se registren, deberíamos antes explicarles cómo funcionan los ciclos. Exponer de manera clara y concreta el funcionamiento del cuerpo es la herramienta que más ayuda a las adolescentes en los grandes cambios que se dan en esta etapa de la vida. Asociar los ciclos solamente a la fertilidad coloca a los ciclos en un plano lejano, casi hipotético. Es importante que las mujeres entiendan desde temprana edad que los ciclos son parte de su salud general, y que el cuidado de los ciclos es el cuidado personal. Así, los grandes cambios físicos se ven acompañados de educación consistente y de calidad. Las adolescentes entienden que los cambios son buenos y saludables, y que constituyen el desarrollo normal de sus cuerpos.
Evita la medicalización temprana
Muchas mujeres entienden que sus ciclos deberían durar 28 días, o que se debería repetir la misma cantidad exacta de días de un ciclo a otro. Otras no saben cómo interpretar los dolores que sienten a lo largo de sus ciclos. De esta manera, muchas caen en las sugerencias respecto de de anular sus ciclos con anticonceptivos. Esta sugerencia muchas veces perdura durante 2, 5 o 10 años.
Pero el uso de anticonceptivos hormonales elimina el ciclo, dejando a la mujer sin ovulación, sin menstruación y sin la producción de hormonas femeninas. La mayoría de las veces, sin que lo sepan. Naturalmente, los primeros tres años de los ciclos son irregulares, justamente por su inmadurez. Esto no es algo malo: simplemente es el proceso de madurez que tiene el sistema reproductor. Pero la mayoría lo desconoce, y por buscar cierta pretendida regularidad, acceden a tomar anticonceptivos hormonales. Esto produce que pasen años cruciales en la madurez de su sistema reproductivo sin ciclos. Una verdadera educación les daría la información necesaria para entender cuándo es inmadurez del ciclo, cuándo un dolor amerita consulta y evaluación médica acorde, y cuándo se puede considerar un ciclo sano.
Permite asimilar e interpretar con mayor agudeza
Estamos hablando de un sistema para registrar ciclos femeninos. Esto implica de hábito de limpieza propio, una capacidad de identificar e interpretar según corresponda un código alfanumérico… Tal como el hábito de la lectura, o el ejercicio de un deporte o la interpretación de un instrumento musical, si uno es expuesto en edades tempranas, se asimilan con mayor naturalidad los nuevos conceptos. De la misma manera, las mujeres aprender a leer sus ciclos e interpretarlos con mayor naturalidad, si realizan este ejercicio desde su temprana adolescencia.
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Gracias a la incorporación temprana de conocimientos básicos acerca del registro del ciclo, las jóvenes mujeres cuentan con una base sólida a la hora de entender las variables propias de cada categoría reproductiva, y para interpretar los signos fisiológicos de los ciclos.
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