Si bien el furor de los zombis en los medios (cine, literatura, videojuegos) ha bajado un poco en el último lustro, admitamos que la imagen de una persona que vuelve a la vida para aterrorizar a su entorno está muy presente en nuestros cerebros. Y, ya que hablamos de cerebros, que es el alimento preferido de estos seres, pensemos en este órgano como el lugar donde reside nuestra psicoafectividad.
Por tanto, no es extraño encontrar en la vida a criaturas que, luego de morir en nuestros afectos, regresan buscando saciar su apetito psicoafectivo. Y regresan, efectivamente, a comerse nuestro cerebro. ¿Algún ex ha vuelto de la tumba de los sentimientos para acecharte? Te doy unos datos que pueden ser de ayuda, basados en las premisas básicas de la era dorada del género zombi. ¡Veamos!
El motivo de este regreso de los muertos suele ser desconocido
Así como, en la ficción, los medios y los científicos se rompen la cabeza para descifrar la causa de la plaga zombi, no entendemos de dónde viene el deseo de esta persona de revivir una relación rota. En realidad, quizás no exista una sola razón, sino que pueden ser múltiples variables. Pero se suelen resumir en inseguridad: “tengo miedo de no lograr encontrar a alguien más, así que voy a intentar conquistar de nuevo a mi ex”. Este es un mensaje a nivel inconsciente, que termina en la reanimación del contacto perdido. ¡Ten miedo, ten mucho miedo!
Los walking dead poseen una capacidad de raciocinio muy limitada
Al igual que una de estas criaturas, lo que mueve a esa persona a buscar una reconciliación no es un razonamiento: más bien, es el miedo a la soledad y al rechazo. Por eso mismo, no darán argumentos lógicos de por qué deberían volver, sino emocionales: “te extraño y sé que tú también”, “nos veíamos tan bien juntos”, “vi tu foto y me gustas cada vez más”. ¡Huye!
No son peligrosos por su velocidad, sino por su voracidad
Parecería que es fácil escapar de seres tan lentos y torpes; pero saben esperar ocultos y, si logran atacarte, es difícil que te zafes. Asimismo, aquel individuo que regresa del pasado no parecerá muy apurado, ni será particularmente ágil, pero sí intenso e insistente, del tipo cien mensajes en una noche, y silencio total por dos semanas. Y en cada uno de esos mensajes tratará de infundirte una alta nostalgia por su romance y un cargo de conciencia por dejarlo ir. ¡Alerta roja!
El único fin de los zombis es alimentarse de los vivos
En particular, de su cerebro. Van a tratar de comérselo y de dejarte sin voluntad… igual que ellos. Tal cual: cuando alguien quiere retomar una relación que nunca funcionó, lo que va a procurar es que te olvides de las razones por las que terminaron. Querrá engullir tu mente, tu capacidad de decisión, y parecerá que su única misión en la vida es mostrarse como tu pareja ideal y enseñarte lo descabellado que es perderlo. Se meterá en tus pensamientos igual que un virus y, aunque racionalmente sepas que esa persona nunca demostró compromiso, te preguntarás “¿y si…?”. ¡Corre por tu vida!
La única manera de deshacerse de ellos es dispararles a la cabeza
En la mitología zombi, puedes clavarles estacas en el pecho o partirlos en dos, que no morirán. Claro: ¡ya están muertos! Solo funciona volarles el cerebro. Del mismo modo, aquel ex que vuelve del pasado para robarse tu vida únicamente puede ser derrotado si le apuntas a su mente. No servirá pensar que ya no había amor, o que es una mala persona, porque así creíste que lo habías matado, pero no. Hay que ir directo a la masa gris: esas ideas con las que te bombardea, que te hacen sentir un ser vil si no accedes a su propuesta. Regresa al modo racional, y ponlo muy claro. ¡Directo al medio de los ojos!
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Si esa persona con la que comprobaste que no puedes construir una relación sólida y saludable te calienta las orejas queriendo regresar, debes poner en tu mente la imagen del walking dead. Murió, así que no volverá siendo más bonito, bello o verdadero, sino todo lo contrario: se pondrá cada vez peor. Si alguien no te respetó ni valoró desde el inicio, es difícil que lo haga simplemente porque pasó el tiempo. No es imposible, cierto (los milagros existen), pero hay que ser realistas: una reanimación de este tipo puede terminar dejándote muy dañado. Lo óptimo es enterrar esos cadáveres y cerrar las etapas. Ya vendrán tiempos mejores y, si estás abierto a conocer más a la gente, es probable que pronto llegue esa persona indicada para juntar sus vidas a través del amor, con fe y esperanza.
Si te interesa conocer más sobre estos temas, puedes buscarme en Instagram: @pedrofreile.sicologo
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